Terapia de pareja

 

¿Qué es la terapia de pareja?

La terapia de pareja es un tipo de consulta de psicoterapia destinada a analizar y tratar los conflictos surgidos en el seno de una relación amorosa.

Dependiendo del tipo de problemas que sufra una pareja el terapeuta adapta el tratamiento y el número y frecuencia de las sesiones para encontrar la mejor solución para la relación.

 

Objetivos de la terapia de pareja

Los principales objetivos que pretende conseguir la terapia de pareja son:

  • Reconocimiento del problema.
     
  • Comprensión de sus pautas de funcionamiento (habitualmente repetitivas y contaminantes).
     
  • Establecimiento de una nueva alianza para la renovación de la relación.
     
  • Modificación de sus actitudes.
     
  • Comunicación renovada y sana.

A parte, la psicología de pareja, no solo se encarga de solucionar conflictos para que los miembros disfruten de una relación amorosa estable y satisfactoria, sino que también se ocupa de diagnosticar y tratar casos en los que la mejor solución es una separación, acompañando a las personas afectadas en ese proceso y orientándolas para que sea lo menos traumático posible.

 

El especialista ofrecerá posibilidades para
mejorar los problemas de la relación

 

 

Cuándo acudir a terapia de pareja

Cuando una relación empieza a deteriorarse y ambas partes consideran que no hay salida, es el momento de plantearse acudir a un especialista para que pueda orientarles y aconsejarles.

Normalmente una de las partes de la relación es la que da la voz de alarma y la otra tiene que estar dispuesta a colaborar, ya que sino la terapia no va a resultar efectiva.

Hay que tener en cuenta que la separación siempre es una opción, pero antes es posible acudir a un profesional que pueda ofrecer una serie de pautas para cambiar los hábitos de la relación y reconducirla.

 

Motivos por los cuales se acude a terapia de pareja

El problema más frecuente por el cual se acude al especialista es el fallo en la comunicación entre ambas partes de la pareja.

Las discusiones recurrentes y destructivas pueden llegar a ser otro de los motivos principales por los cuales una relación puede deteriorarse.

Además de los hábitos de la pareja, un ritmo de vida frenético y un exceso de trabajo.